miércoles, 7 de mayo de 2014

Temas y rasgos de la literatura contemporánea

La historia de la literatura, en tanto reflejo del espíritu humano, se caracteriza por una renovación continua. 

No es por ello extraño que la literatura del siglo XX se haya lanzado a la aventura. Con la llegada del siglo, el mundo de Occidente comenzó a vivir importantes transformaciones sociales, culturales y políticas. Ya en las últimas décadas del siglo XIX un profundo malestar invadía a la sociedad y todos los valores que habían fundado la modernidad -en especial la confianza en el progreso y el poder de la razón-eran puestos en duda. La literatura, percibiendo el espíritu de su tiempo, inició un proceso de interrogación, de búsqueda y de experimentación en las formas de expresividad, cuya manifestación más patente son las llamadas vanguardias artísticas y literarias de la primera mitad del siglo. En ellas se encuentran en germen o en operación varios de los rasgos y temas inherentes al resto de la literatura contemporánea.



A continuación revisaremos con un poco más de detalle algunos rasgos y temas que caracterizan a la literatura contemporánea.









Soledad y comunión


La literatura contemporánea se caracteriza por sumergirse profundamente en el individuo para explorar desde ahí el mundo y la propia identidad. En ese sentido, un tema importante es la soledad e incomunicación del individuo. El sujeto en muchos casos se encuentra alienado de un mundo que es percibido como hostil, y en el cual la relación con los otros se va tornando inaccesible. Buen ejemplo de ello es "La metamorfosis" de Franz Kafka, donde la transformación en insecto del protagonista lo va aislando del mundo que lo rodea, de la mano de un proceso de pérdida de la identidad.
En una vertiente opuesta, la literatura contemporánea se presenta a veces como un espacio utópico, donde se da la posibilidad de una vida humana auténtica, de reencuentro con la propia identidad, en comunión con los otros, en torno a la amistad y la solidaridad. Desde este punto de vista, aparece una nueva valoración del amor y el cuerpo como caminos de trascendencia hacia el otro. El cuerpo es visto en una dimensión mediadora en esa búsqueda del otro, que no había tenido en la literatura del pasado, en la cual el cuerpo, e incluso el amor, eran visto como algo mundanos, sentimentales o pornográficos. Ahora es visto con un valor en sí, mediador de una
comunión, de un sentido comunitario y trascendente.
Es posible observar esto, por ejemplo, en la poesía de Pablo Neruda, en especial en algunos poemas de "Veinte poemas de amor y una canción desesperada", donde los motivos que emergen por la distancia y el pasado permiten la valoración del cuerpo como encuentro entre seres, y el sexo y lo erótico adquieren una dimensión metafísica, ligada a la experiencia personal de la soledad del hablante.



Variedad de voces narrativas

Otro rasgo importante de la literatura contemporánea es el perspectivismo, que se manifiesta en la casi desaparición del narrador omnisciente en favor de narradores en primera persona que focalizan la historia desde sus propias perspectivas, y/o en el despliegue de una pluralidad de voces y focos narrativos que presentan una realidad múltiple y simultánea.
Buen ejemplo de este rasgo es el cuento de Julio Cortázar "La noche boca arriba", donde un mismo narrador oscila entre dos conciencias y dos tiempos distintos.
La pluralidad de perspectivas nos advierte que no existe una sola visión o interpretación unívoca de la realidad, sino tantas como individuos que la contemplan. En este sentido, es posible relacionar este perspectivismo con una serie de modificaciones en los paradigmas o modelos de representación de la realidad provenientes de las ciencias exactas y la filosofía a comienzos del siglo XX. Un ejemplo de ello es el cuestionamiento de nuestros conceptos sobre la realidad tangible que produjo la aparición de la teoría general de la relatividad de Einstein y el principio de incertidumbre de Heisenberg. Al mismo tiempo, el advenimiento de las vanguardias en el campo del arte significó una proliferación de procedimientos para representar una realidad múltiple (collage, cubismo, etc.) que tuvo gran incidencia en la literatura y las formas de narrar.

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