miércoles, 22 de junio de 2011

PREPARANDO LAS MATERIAS QUE VAMOS A CONOCER EN EL SEGUNDO SEMESTRE CON LOS 3° MEDIOS.




Miguel de Cervantes Saavedra

Una vida azarosa


Nace en Alcalá de Henares en 1547. Con veintidós años se traslada a Italia como servidor del cardenal Acquaviva. Dos años después participa en la batalla naval de Lepanto donde es herido. De regreso a España su barco es apresado por los piratas argelinos y sufre cautiverio en Argel hasta ser rescatado en 1580. Ya en España los problemas familiares y económicos le acosarán a lo largo de toda su vida: fracaso de su matrimonio, encarcelamiento por irregularidades como recaudador de impuestos, etc. Tras unos años en Valladolid, se instala en Madrid hasta su muerte el 16 de abril de 1616. El éxito le llega con la primera parte del Quijote en 1605; este último periodo de su vida es el de mayor intensidad creativa.


La obra de Cervantes

Poesía: Cervantes no fue un gran poeta a la altura de los grandes líricos del Siglo de Oro. Su única obra completa en verso es Viaje al Parnaso.


Teatro: Las primeras obras coinciden con el auge del teatro como espectáculo popular a finales del siglo XVI. A esta etapa corresponde la mejor tragedia de su tiempo, Numancia, historia de la ciudad soriana que se inmola antes que rendirse a los romanos. Respeta en esta etapa las unidades clásicas de lugar, tiempo y acción, pero años más tarde aceptará la reforma teatral de Lope de Vega. De entre sus últimas comedias citaremos Los baños de Argel, inspirada en sus experiencias de cautiverio, y Pedro de Urdemalas, comedia de ambiente picaresco.


Los entremeses: Son piezas cortas herederas de los pasos de Lope de Rueda, a quien admiraba. Tratan con humor socarrón ciertos temas tabú en la época: la limpieza de sangre, la honra, la infidelidad, etc. Entre los más celebrados están El retablo de las maravillas, La cueva de Salamanca y La elección de los alcaldes de Daganzo.


La obra narrativa
Cervantes sentía una gran inclinación por las narrativa de entretenimiento: su primera obra es una novela pastoril, La Galatea, y su obra póstuma es una novela bizantina, Los trabajos de Persiles y Sigismunda.


Las Novelas Ejemplares


Las concibe con el doble propósito de "aprovechar" con su lección y "deleitar" con su intriga. Además tienen el mérito de ser las primeras novelas cortas en lengua castellana. Algunas son obras maestras en la observación satírica de ambientes y personajes: la delincuencia sevillana a través de la mirada de dos mozalbetes en Rinconete y Cortadillo, o la corrupción y el engaño a través del diálogo de dos perros en El coloquio de los perros.




El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha






Es la principal novela de Cervantes. Podría afirmarse que con ella da comienzo la novela moderna europea. La primera parte apareció en Madrid en 1605; diez años más tarde se publicó la segunda parte.



La narración


La narración sigue en orden lineal las aventuras que el hidalgo se va encontrando en el camino, con una importante diferencia: en la primera Cervantes intercala en el hilo narrativo historias amorosas e incluso una novelita entera (El curioso impertinente), mientras que en la segunda parte la acción principal sigue su curso sin interrupciones hasta el desenlace.

Primera parte: El hidalgo manchego Alonso Quijano enloquece leyendo libros de caballerías, toma el nombre de don Quijote y sale en busca de aventuras para reparar la injusticia y ganar el amor de Dulcinea del Toboso. Se hace armar caballero en una venta, sufre una brutal paliza a manos de unos arrieros y es llevado malherido a su casa.

Sale por segunda vez acompañado de Sancho Panza, un vecino simple convertido en su escudero. Tras varios combates con enemigos imaginarios (molinos de viento, rebaños…) libera a unos presos llevados a galeras por la Santa Hermandad y ambos se refugian en Sierra Morena. Finalmente, el cura y el barbero de la aldea lo encuentran y lo devuelven a su casa fingiendo un encantamiento.

En la segunda parte se narra la tercera salida del protagonista. Don Quijote vence al bachiller Sansón Carrasco disfrazado de Caballero de los Espejos y prosiguen en dirección a Zaragoza, pero al entrar en las tierras de unos Duques son reconocidos y se les hace objeto de todo tipo de burlas. El itinerario acaba en Barcelona, donde el hidalgo es derrotado en duelo por el Caballero de la Blanca Luna (de nuevo el bachiller) que le impone abandonar la caballería andante. Abatido, regresa a su casa y muere después de recobrar el juicio y abominar de los libros de caballerías.

Los narradores

En el Quijote la historia es contada desde la perspectiva de varios narradores, parodiando los libros de caballerías en los que el autor se escondía detrás de un historiador, cronista imaginario de las aventuras del héroe.

Los personajes principales.


Don Quijote y Sancho son dos personajes complejos que se van moldeando a lo largo de la novela. El materialista Sancho se va encariñando con la bondad y el idealismo de su amo, y don Quijote ve tambalearse sus fantasías hasta recobrar la cordura. Además, la locura del hidalgo se manifiesta sólo cuando imita los libros de caballería, pero cuando se trata de temas humanos de verdadero calado -la justicia, la libertad amorosa, etc.,- su lucidez consigue admirar a todos.

Significado del Quijote.


El Quijote fue leído en su tiempo como un libro humorístico. El mismo autor declaraba su propósito de acabar, mediante la parodia, con los libros de caballerías, "sus fingidas y disparatadas historias". Los románticos del siglo XIX quisieron ver en Don Quijote y Sancho el eterno conflicto humano entre el idealismo y la desilusionante realidad. Quizás el conflicto representado fuera más profundo: el provocado por las limitaciones que la Contrarreforma impuso a las ilusiones de libertad del Humanismo, y que le tocó vivir a Cervantes.



Rasgos del estilo.


Hemos visto que el Quijote es una parodia; el humor es su principal característica: "Procurad que, leyendo vuestra historia, el melancólico se mueva a risa, el risueño la acreciente", le recomienda un amigo imaginario en el Prólogo. Para lograrlo, Cervantes emplea la ironía de múltiples formas: poniendo en continuo contraste la fantasía del personaje con la realidad, el lenguaje engolado de los libros de caballería con el estilo rústico de Sancho Panza y los cabreros. El propio don Quijote es un compendio de diferentes estilos: elevado cuando alecciona con el discurso a los demás personajes, llano en la conversación íntima con su escudero y bajo en situaciones que provocan su ira.

Dentro de esta variedad, el estilo narrativo de Cervantes evita la afectación y se mantiene dentro de sencillez y claridad renacentistas.




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